Estructuras de la mente
La civilización occidental ha venerado siempre la inteligencia e incluso la ha considerado cualidad fundamental del ser humano, pero al definirla la ha limitado comúnmente a la capacidad de raciocinio, dejando a un lado múltiples habilidades y conductas que son manifestaciones propias de seres inteligentes. En este libro, Howard Gardner propone una concepción distinta de los fenómenos cognitivos; la inteligencia no es una, sino múltiple: lingüística, musical, lógica y matemática, espacial, corporal, personal. Los distintos tipos de inteligencia suelen actuar en forma armónica, pero son relativamente autónomos. Tras describirlos y explorar sus relaciones, Gardner se interroga sobre las implicaciones educativas de su teoría, que hace posible diseñar, a la vez, programas especiales para individuos talentosos y ayuda terapéutica para personas con dificultades cognitivas. Además, señala las formas en que culturas diferentes alimentan y valoran diversos tipos de inteligencia. Ha pasado el momento de admirar una inteligencia concebida de acuerdo con moldes limitados: es indispensable comprender la complejidad de la inteligencia múltiple.
Como señala Gardner “La inteligencia, lo que consideramos acciones inteligentes, se modifica a lo largo de la historia. La inteligencia es una colección de potencialidades que se completan. Cada ser humano tiene una combinación única de inteligencia. Éste es el desafío educativo fundamental. Podemos ignorar estas diferencias y suponer que todas nuestras mentes son iguales o podemos tomar las diferencias entre ellas. Una inteligencia es un potencial biopsicológico que no debe confundirse con un dominio del saber, que es una actividad socialmente construida. En la mayor parte de los países del mundo las escuelas se organizan de maneras uniformes. Se enseñan y evalúan las mismas materias de las mismas maneras, a todos los estudiantes por igual, porque parece justo poder tratar a todos los estudiantes como si fueran iguales. Ellos se apoyan en el supuesto equivocado de que todas las personas tienen el mismo tipo de mente. Pero yo creo que todas las personas tienen un tipo de mente distinto. Nadie gastaría dinero en un terapeuta que ignorara todo aquello que es específico de los individuos. En el futuro vamos a ser capaces de individualizar, de personalizar la educación tanto cuanto querramos.”
Arte, mente y cerebro
Esta obra es el fruto del sostenido interés del autor por los procesos de la creatividad humana, en particular tal como se manifiestan en las artes. Howard Gardner destaca la importancia de explorar el dominio artístico en relación con el lenguaje, y por ello estudia los componentes de la producción y el dominio artísticos desde numerosos puntos de vista: el del niño normal, el niño dotado, el niño con síntomas patológicos, el adulto normal, el adulto con lesión cerebral, el individuo procedente de un contexto cultural distinto y el del artista en la cima de su creatividad. A partir de autores como Cassirer y Langer, Goodman y Chomsky, el resultado es una reacción contra el excesivo énfasis que los psicólogos contemporáneos ponen en el aspecto cognitivo, descuidando la personalidad, las emociones y el contexto cultural en el que necesariamente se desenvuelven los procesos mentales.